sábado, 13 de diciembre de 2014

Dios está en todas partes

Me desperté temprano. Anoche conversación nostálgica con Sil. El ex la está cercando, ella que quiere salir a toda costa porque tiene miedo de engancharse y volver a sufrir... cuántas veces que escuché esto por Dios!

El café hoy es más desolado, le falta la impronta de tu cercanía. Definamos cercanía: dícese de persona que aunque ya ni te acordás la cara, tiene una reserva estable en tu quore.

He llamado a Juli, hoy se va al curso temprano, si fuera por ella viviría en Piazza, calculo que vendría a casa a dormir, y sólo porque la profe le desenchufa la máquina.

Yo también tengo que desenchufarme... de vos.
No te voy a mentir, hoy no tengo ganas de salir, ni de nada del ruteo de siempre. Sé con quien quiero estar, pero no me atrevo ni a escribir una línea siquiera. Sería más fácil un nuevo método en internet, tiro la caña de pescar y hasta que vos no pases no la levanto. Qué mal suena eso...

Recién leo, esas frases de Pablo, la verdad es que no sé de dónde las saca, pero me encantan, sobre todo la gráfica: un barco pequeño en el agua, y arriba una gráfica en color sepia que dice "No permitas que tus heridas te transformen en alguien que no eres" (Aleph, Paulo Coelho).

No sé por dónde seguir... ni escribiendo ni con vos...

Me dieron ganas de ir al vivero, a comprar unas flores para todas esas macetas llenas de tierra, donde sólo han crecido malezas, y ya las he quitado a todas. Están dispuestas a recibir otros pétalos, otras fragancias, como yo debería hacerlo. Pero si quiero florecer el jardín es por vos y tu efecto, haberte perdido era un hueco muy grande, un vacío pleno, y sólo unas palabras tuyas bastarán para sanarme.


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