viernes, 5 de diciembre de 2014

Training espiritual

Hoy puedes recuperarte de todo, no importa qué. Somos seres espirituales listos a pasar por un montón de pruebas. Todos los adjetivos que le pongas a tu estado anímico sirven para describirlos y comprenderlos, pero los adjetivos no son basamentos para tu templo, para tu sostén. Luego de esa calificación, no queda otra que ponerse de pie.

Andar y seguir, porque ahí afuera hay otro mundo, y aunque el motor se pare, puedes encenderlo otra vez.

Compartir y arriesgarse, viene de aquellos que quieren brindarse, sin prejuicios y sin reparos. 
Son transparentes y se abren porque no tienen nada que ocultar, ni siquiera sus propios miedos, porque si los padecen son capaces de hablar de ellos para despejar dudas y atreverse a vivir algo nuevo. 

Nada debe detenerte. Todo lo puedes hacer, lo que no puedes controlar o elegir son los protagonistas que acompañarán tu historia, ni tampoco sus sentimientos. Esto es la aceptación.

Libertad de ser tú mismo, y aceptar cómo actúan los otros.

El mundo está lleno de sorpresas, no te mueras con tus muertos, no te pierdas con tus recuerdos. 

Fé y amor, una taza de esto todos los días, es el alimento para sobrevivir, para sanarnos de las heridas.

Mientras tanto goza con quien conozcas cada día, porque ellos forman parte del aprendizaje, del intercambio, y en este training espiritual tenemos que estar preparados para todo, aunque eso implica discernir con quien quedarnos y saber cuidarnos.

Querernos, conlleva darnos cuenta quién nos valora en su trato. Cuando alguien da la cara para expresar lo que siente, sin lastimar, pero con verdad, te da la posibilidad de entender lo incognoscible, de intercambiar, de comprender.

No todos pueden caminar a tu ritmo, quizá los encuentres más adelante, cuando te pares a descansar y tomar aire.





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