miércoles, 3 de diciembre de 2014

Enamorarme y desenamorarme

Organizarse, lo que me llevo del grupo de ayer, más allá de mis protestas. Compré todo. Ahora hay que ponerlo en marcha. Esa es una buena punta para desenredar el hilo. Tener un proyecto nuevo, y poner ahí toda la energía.

Hoy algo se salió de mi agenda, podría aprovechar para ir a verte, para ver qué hacemos con el libro y con la radio, y así seguir moviendo la rueda. Buscar de lo aparentemente negativo, la oportunidad de abrir otra puerta.

Despertarme y sacudirme, para que caiga todo lo que ya no sirve. ¿El aquí y ahora qué me demanda? Ahí es donde debo poner la acción. El amor no parece ser mi suerte, ahora enamorarme y desenamorarme sí, es un ejercicio constante, y deberé tomarlo como un deporte al que practico en estos tiempos, única forma de protegerme. De todos modos, siempre lo haré con la mejor intención, como soy yo, dando todo, y nada a medias, viendo porqué tal persona se cruzó en mi camino, qué tenía que aprender de él, y qué cosa podía yo darle, en el sentido espiritual. Sé que mi vida es así por ahora, hasta que mi alma afín, aparezca.

La aceptación significa una forma de madurar muy importante, aunque duela, y aunque nuestros caprichos no puedan manifestarse, porque no podemos controlar a la gente.

Y el control también es una forma en que la oscuridad se manifiesta, por eso, tengo que estar muy atenta. Soltar todo, que los demás vengan o se vayan, que los demás amen o no sientan nada, que los demás elijan o rechacen, éste es el gran aprendizaje.
Quizá eso es una de las cosas que has venido a probarme.






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