martes, 18 de noviembre de 2014

99% invicto

La iglesia estaba llena, hoy jugábamos de locales, Catedral de Morón, un ambiente totalmente distendido.
Yo me colé en el asiento de los confirmados, siempre hay lugar para uno más. Al rato cayó en mis manos el cancionero, hacía tanto que no cantaba en misa, o hacía rato que no iba a una misa.

Finalmente llegó la canción, pero esta vez no me afectaba en nada. Tenía todo superado. En la ducha, me había dado el gusto de gritar a toda voz "Soy libreeeeeeeeeee", creo que como unas cinco veces, mientras sonaba el cd de Enrique Iglesias, y mi hija se maquillaba para la Confirmación.

Ese dictamen de libertad significaba que por fin lo había sacado de mi cabeza. Etapa superada. Vida nueva. Finde próximo sin ver su rostro flotando en el medio de los otros.

La guitarreada era larga, avanzaba estrofa por estrofa, airosa, incluso en los párrafos que me habían hecho llorar hace ocho días. Se ve que no era para tanto. Puro sentimentalismo.

Hasta que un verso tocó mi punto débil:


"Si tú no vienes
(...) tendremos miedo si no nos cambias

La palabra miedo me hizo trastabillar, de alguna forma, y ahí mi fortaleza se disolvió en lágrimas. ¿Miedo a qué? ¿A no tenerte? Si ya no estabas. 
La canción continuaba:

Pero si vienes y en el silencio
 del alma escribes renglones nuevos
entre nosotros se irá tejiendo 
la historia (...)" 

La sensibilidad no avisa cuando aborda. Te sorprende, te aniquila, te juega una mala pasada, y derriba hasta un gigante. Logra todo lo que yo no pude causarte.

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