miércoles, 19 de noviembre de 2014

La lluvia purifica (o enfrentar la ausencia)

Enfrentarse con la verdad, es el primer paso. 
Afuera llueve, por suerte mi corazón está libre de eso. Será tu no respuesta, una forma de aterrizar bastante clara. Mientras tanto ayer me tuve que bancar una devolución de la oscuridad, porque así debo tomarlo: "Te falta alegría...". Sí, claro, ¿qué no te diste cuenta que estaba hecha m...?". 
A la noche, alguien que se percató, me mandó un mensaje. Lo más lindo es que apenas me conocía, pero entendió claramente mi estado de estropajo interno. Se ofreció a llamarme, a tomar un café, pero qué podía decirle? Si para estados así, no hay palabras.
Ayer cuando escribí "Cómo estás" fue como un remedio, como un bálsamo... la angustia se me fue del pecho. Sentí la vibración de cuando lo recibiste, y la ausencia de vos fue más que clara, si era ése el mensaje que querías darme. A veces no sé si es egoísmo o si es coraza.
Afuera sigue lloviendo, y mientras el agua lava el cielo, los árboles, las flores, las veredas, yo también voy lavando de mi cuerpo tus marcas, tus rastros, tus palabras.

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