jueves, 20 de noviembre de 2014

Meditación... o andar con el celular descargado

Cuando querés desconectar, no hay nada mejor que meditar. Es como tener sed, y tomar agua. El mejor alivio para descansar la mente. A veces, las circunstancias de estrés o ansiedad, sean propias o ajenas, me lo piden. Y en ese momento siento que tengo que hacerlo, que esperar sería seguir con la energía contaminada.

Lo cierto es que en este momento de mi vida estoy haciendo todas las cosas que antes pensé que nunca haría, en muchos aspectos.
Meditar, la huerta, las plantas, pedirle a la Madre su ayuda, creer y tener fé, y recibir tantas pruebas en este sentido.

Pero meditar es algo que vino sin querer, y cuánto lo agradezco.
Es muy fácil hacerlo, sólo es preciso buscar un lugar tranquilo, lo podés hacer sentado o acostado. Comenzás con tres respiraciones profundas para abrir el canal de energía, y al comenzar la meditación le pedís protección a Dios o a la Madre (la Virgen María, que así le gusta que la llamen, acordate en ese rezo que dice Madre de Dios). 
La protección se pide para que no entre a tu mente nada de la oscuridad. Luego te quedas con los ojos cerrados en silencio. La idea es tratar de no pensar en nada en especial, pero de hecho la mente no se queda quieta y te van a pasar mil cosas por la cabeza. Cuando lo hacés, sin querer, vas a repasar cosas del día, y hasta te vas a dar cuenta de aspectos que antes no habías tenido en cuenta.

Meditar resulta tan vital como respirar, es la alimentación espiritual. Te sirve tanto para la salud física como psíquica. 
Cuando no meditás, es como si anduvieras con el celular descargado, y encima te quejes de que no te podés comunicar.

Un estudio realizado con monjes del Tibet medía el estado de felicidad, que para una persona común era de un puntaje de 7, en cambio para estos religiosos que pasaban mucho tiempo meditando, su puntaje era de 45. Se entiende bien la diferencia.

Para saber el tiempo adecuado de meditación, debes respetar al principio, el momento en que quieres abrir los ojos, ahí debes finalizar. Y cerrarás la meditación con tres respiraciones profundas para almacenar la energía. 
Para meditar debes hacerlo en silencio, ninguna música de fondo, si no, eso no es meditación.

El estado de meditación profunda se alcanza sólo durante unos segundos, en que la mente se aquieta y no piensas en nada.

Gradualmente irás aumentando el tiempo de meditación de a dos o tres minutos más, hasta llegar a la media hora diaria.
Una vez que hayas llegado a ese tiempo de duración, puedes poner la alarma de celular para meditar media hora diaria.
Recuerda que por más que suene el teléfono, el celular o el timbre, no debes preocuparte, deja que suena, al principio te molestarán bastante con esto, porque personas que meditan siempre funcionan mejor, en todo aspecto, sobre todo el espiritual.

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