lunes, 17 de noviembre de 2014

No perdamos el tiempo

-Mamá tomemos éste
-Nos deja en la plaza, después tenemos que caminar
-No importa, pero no quiero estar esperando acá media hora

Y nos subimos al colectivo. Ella fue práctica, tomar lo que viene. No estar esperando puntillosamente al que nos deja en la esquina.
Así como esta metáfora del bus, así habría que tomar la vida.

Después, aprovechando que no nos dejaba en casa, fuimos a comer pizza. Mientras charlábamos, le dije en broma, que todas las madres veníamos con un accesorio "rompebola", que venía siempre incluido. Sin ese "aparatito", no seríamos madres. 

Siempre busco hacerla reír, pasar un buen momento es la consigna. Sobre todo porque ella es muy correcta, y le tiene miedo al ridículo. Muy propio de su edad, la de los complejos. Por todo eso, me eligió de madre para esta vida, porque conmigo no hay nada que hacer, a mí no me importa nada, si quiero sacarle una sonrisa.

Porque las mamás estamos para cuidar, por lo tanto, si no le dijera nada, como por ejemplo, "Pedí la protección a la Madre" al salir, no estaría actuando como mamá. 
Una persona que no te dice nada, no te cuida. 
Entonces, entendió, y yo de paso me justiqué. Pero ella sabe, porque se lo digo de tanto en tanto: "Cuando me sobrepaso, decime".

Esta noche es la Confirmación, y me preguntaba qué significa esa palabra. Confirmo un sentimiento. Confirmo un dar. Y también es como si estuviera rubricando "con firma" un compromiso. Ponerle sello a algo, dejar asentado que es así, porque estoy segura de ese sentimiento.
Todo este razonamiento me trae muchas asociaciones... esa bendita canción del otro día en el campamento, no creo que zafe hoy:


Si tu no vienes
nuestra mirada será ciega ante tus rastros,
la poca fé dominará lo cotidiano
(...)
Pero si vienes y en el silencio
del alma escribes renglones nuevos...

Todo está por hacerse, cada minuto le damos dirección a nuestra vida... para eso están los renglones nuevos.

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