domingo, 16 de noviembre de 2014

Ser fiel a ti mismo

Transigir: convenir o ajustarse mediante concesiones recíprocas.

Transigencia: "Las dos figuras de esta carta nos recuerdan las situaciones turbias y de conspiración en las que podemos vernos involucrados cuando comprometemos nuestra propia verdad. Una cosa es tolerar a otro, comprender un punto de vista diferente del nuestro propio y esforzarse por encontrar una armonía entre las fuerzas opuestas. Otra cosa muy diferente es ceder y traicionar nuestra propia verdad. Si observamos esto con atención, encontramos por lo general que estamos tratando de ganar algo, ya sea poder o la aprobación de los demás. Si te sientes tentado, ten cuidado. La recompensa a este tipo de concesión siempre deja un sabor amargo en la boca".
"No seas astuto, de otra forma continuarás siendo el mismo, no cambiarás. Las técnicas a medias en el camino del amor y en el de la meditación crearán en ti mucha confusión: no van a ayudar..."
"Tarde o temprano serás capaz de comprender que el transigir no va ayudar, y que por ello puede ser una forma de no ir en ninguna dirección, o simplemente una represión de tu confusión. Y hará valer sus propios derechos. Nunca reprimas nada: sé claro respecto a tu situación. Y si estás confundido, recuerda que lo estás. Ésta será la primera cosa clara con respecto a ti: que estás confundido. Has iniciado el camino" (Osho, "El juego trascendental del zen").

Ser claro significa que el otro conozca mis sentimientos y mis opiniones. Sabe lo que quiero, y si no puede dármelo, me muestra lo que es capaz de ofrecerme. O lo tomo, o lo dejo. O él puede retirarse.
En cambio, si trato de adaptarme todo el tiempo a la necesidad del otro, dejo de ser yo, pierdo mi lugar, pero no en el sentido egoísta, sino en el sentido de pertenencia existencial. Ya que no soy una figurita que se da vuelta, que se intercambia, sino que son mis propios valores los que me constituyen como persona, con un corazón adentro. Donde el sentir es mi llama, es la que ilumina mi camino, es la que me orienta.
Si me pierdo, en cambio, en comprender, me confundo, y ya no sigo la luz de mi llama interna, me salgo del camino porque voy por lo oscuro, y ahí nadie puede ayudarme, ni siquiera yo misma.


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