viernes, 14 de noviembre de 2014

Las poses

"La mente que se abre a una nueva idea, jamás volverá a su tamaño original" Albert Einstein

Ser libres, implica abrirse, no sólo en mente, sino también en el alma. 

La libertad, una opción, entre tantas... ¿pensás que realmente lográs ejercerla? ¿Sos libre de decir y sentir como realmente querés? ¿O te frenás y ponés un tope a tus impulsos de comunicarte con esa persona en especial? 
Excusas? →: porque lo pensás dos veces, porque tenés miedo de meter la pata, de equivocarte, de ser rechazado, etc. 
Entonces, en ese momento, reprimís tus impulsos, y una parte de vos, la más esencial, la más pura, muere. Muere en ese "no" que te cohibió, que te reprimió. Entonces fingís una pose.
Poses, que en la actualidad, tienen más que ver con no demostrar al otro lo que te pasa, lo que te genera. Esas poses tienen además, mucho de indiferencia, de frialdad, de "a mí no me llegás en nada". 
Y con el tiempo, esas caretas, que funcionan como escudo, en realidad, te van matando el sentir, y te conviertes en roca, y sin querer, como una piedra terminas raspando o lastimando a los que se te acercan. 
Esas personas que se cruzan en tu vida no tienen malas intenciones, son bastante puras en sus reacciones, no tienen nada que ocultar, y se sorprenden que alguien tan sensible, termine siendo levemente hosco.
Entonces no queda otra que olvidar, y uno se pregunta... con quién estuve realmente?
Vivir en libertad, implica enfrentarse con el miedo, desafiar al ridículo, olvidarte de las opiniones de los otros, para luego tomar coraje y sortear los riesgos... 
Cuando te arriesgás, podés fallar, momentáneamente. Pero cuando te estancás, perdés tu libertad, de forma permanente.
Prefiero haberme arriesgado a demostrarte, que haber congelado todo, para no arriesgarme.


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