jueves, 20 de noviembre de 2014

Salí del freezer (anestesia emocional, temor a sentir)

Hoy tenemos la posibilidad de crear un nuevo día. Barrer con todo lo que no sirve. Quitar la basura y arrojarla en el cesto, en el basurero universal.
Al fin de cuentas no podés esperar que las peras salgan del olmo. Ni que el miedoso deje de esconderse. Ni que el indiferente se le mueva algún pelo. Todo cae por su propio peso, entonces, dejalo caer, no lo sostengas. Estás haciendo demasiada fuerza, mientras el otro descansa. Te ignora de alguna manera. 
La vida está hecha para otra cosa. Cuántas cosas valiosas tenés y todavía no te has dado cuenta.  
El que llora por el pasado, vive en el ayer. Y mientras tanto desperdicia el hoy, va desechando sentimientos, los corre a un costado, los oculta en todos sus bolsillos internos, porque prefiere seguir abriendo esa libretita imaginaria con todos esos recuerdos dolorosos que lo transportan a su misma lástima (todo lo que dio, y cómo fue engañado). Lo que no sabe es que aún hoy se está engañando, cuando no se permite sentir, cuando desconfía del amor que pueden darle, cuando descree de las personas sinceras actuales.
Va despacio como un caracol, pero cuando alguien se cruza en su trayecto, se mete en su caparazón, así cree que nadie lo ve, que nadie puede hacerle daño. Pero se lo hace él mismo, cuando se impide vivir. Porque la vida no es sólo trabajo, deportes, amistades, y viejas añoranzas. Vivir implica sentir, querer, apasionarse, y no tener miedo a ser sensible, porque eso es lo único que diferencia a un hombre de una piedra.

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