jueves, 6 de noviembre de 2014

Humor para des-armarte

Me gusta desarmarte con el humor, romper todas tus estructuras, tus miedos antagónicos.
Con la risa voy directo a tu corazón, y te digo lo que quiero.
Por algo, el chiste es una de las formas en que el inconsciente se expresa, y éste último es el motor de todo. De nuestras acciones, de nuestras expresiones, de nuestros dimes y diretes.
No pretendo ni atarte a la cama (si no quién haría todo el trabajo?), ni raptarte... además quién me daría algo por vos...no vería ni dos mangos...
Además ese cd trucho que me estorba, te puedo asegurar que no conseguiría otro dueño. Por suerte, mediante la broma, logré desarmar también mis propias barricadas, mis propias defensas. Como un efecto rebote, donde la ola va y viene, y también a mí me refresca.
Lo que se pierde el ser humano por sus orgullos y venganzas, aunque éstas no sean acciones directas, sino plena ausencia. 
A veces, cuando me siento herida, pienso si fue para tanto, y ahí me doy cuenta que no fue más que mi ego, entonces, como si fuera un muñeco de peluche invisible hago la mímica de sostenerlo con una mano y con otra simulo acariciarlo, diciendo: "Pobre ego, pobrecito ego, ya va a pasar..." y sonrío, da un resultado bárbaro. 
Y esta es la mejor manera de no engancharme en pavadas, en sensiblerías cursis, en que la emocionalidad no me juegue una mala pasada. De este modo, logro salir del campo de la polaridad (bueno versus malo, amor versus enojo, etc.), que es lo que nos hace perder el equilibrio. Porque deseamos tener razón, porque nos justificamos, o porque queremos "ganarle" al otro para ver quién tiene el punto de vista valedero de una situación. 
En cambio, cuando tomamos distancia emocional, gracias a esta "retirada" y como espectadores vemos toda la escena, nos damos cuenta que nuestras razones son los escudos de nuestros miedos, de nuestras heridas, del pasado que arrastramos y que no abandonamos, que no soltamos, porque nos aferramos a la historia vivida como si fuera nuestro DNI, y no nos damos cuenta que el presente tiene la posibilidad de ser escrito en cada momento, con el nuevo ser humano que tenemos enfrente y que es distinto a todo lo conocido. Es alguien NUEVO. Alguien que por primera vez, aparece en nuestro destino, para retrucarnos que estamos equivocados, y que ésta es una oportunidad nueva. Está en nosotros tomarla, o desecharla por miedo.

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