martes, 11 de noviembre de 2014

Con el corazón en la mano

El peor error es el silencio. Porque no te deja expresar lo que sientes. Ni comunicarte con quien quieres.
El silencio es el escudo para mantener la fachada, para no comprometerte, ni quedar expuesto.
Cuando no quieres exponerte, tienes miedo.
Miedo a que se agranden, miedo a mostrar tus lados flacos, tu sensibilidad, tus carencias.
Sin embargo, cuando muestras quién eres y qué sientes, el otro también se abre, despliega sus alas para permitirte alojarte en su centro, para ofrecer su refugio como una protección para tu alma.
Y cuando esa persona da, porque le das la posibilidad de hacerlo, también se siente plena, porque sabe que el otro lo reconoce como ser humano, de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos, y con el corazón en la mano.

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