miércoles, 19 de noviembre de 2014

Cocinando sentimientos (+ torta integral)

Corto en pedacitos más pequeños el ananá, Juli no lo quiere comer, dice que está amargo...
Suena el celular, y como siempre me relajo para verlo. Me tomo mi tiempo, y unos minutos después lo abro. No puedo creer que es tu número, lo reconozco, a pesar de que no estás agendado.
Mientras escribo, 80 mil cosas pasan por mi cabeza, y como la gata flora, no sé, no entiendo...
Mis latidos se aceleran, y en un momento comienza a funcionar a todo galope el motor interno, ya no hay tiempo, el dique se ha abierto, mis lágrimas lo han inundado todo. El lento de INXS flota ahora que escribo en mis oídos... "Nunca nos separen".

¿Serán los lazos dolorosos que activaron este desenlace? ¿Cuántas cosas no nos habíamos perdonado en otras vidas? ¿Cuentas pendientes de otras existencias nos separaban en ésta?
Esa necesidad de que no te vayas nunca, no podía expresarse en palabras. Todo me ha tomado por sorpresa, y la desazón me pone a prueba.

Fui hasta la cocina, tomé el ananá y lo fileteé bien finito. Mezclé las harinas (leudante, integral y otra que ya no sabía cuál era pero que yacía en una bolsita).
Otro sonido, y dejo la cuchara, no eras vos, sino el whasap. Agarro un huevo y lo rompo (no el tuyo, aunque no me eximo de haberlo hecho en otro momento). Aceite de girasol, pasas de uvas, un poco de azúcar y tres bananas. Más el ananá hecho añicos, por supuesto. Otro ting del celular y tu pregunta porqué decís que bien por decir bien.
Mi corazón late a mil por hora, no te voy a confesar que es porque te extraño ya que vas a salir corriendo. Ni menos que tengo ganas de verte, y de charlar, que tengo una necesidad genuina de hacerlo. Al fin, contesto algo ambiguo para salir del paso.

Sigo con la mezcla, me he pasado con el agua del ananá, busco más cereales para reducir la humedad. Me acuerdo del cacao amargo, y una parte la hago marmolada.
Y ahí me quedo como en suspenso, entre el reportaje de la radio como fondo, y la lluvia que ya se ha disipado. Con toda la fragilidad expuesta en carne viva, y con un deseo enorme de tu abrazo. 
Quedarme allí, abrazada, eternamente, como un refugio que nunca vaya a faltarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario